Cuando nos enfrentamos a un paisaje bello, sobre todo si es gigantesco, generalmente no sabemos cómo codificar lo que estamos viendo. Es todo tan inabarcable y majestuoso que tomamos algunas fotografías, pero en ellas no se reflejan esos atributos.
También fijamos la vista en los detalles, pero hay tantos que a veces nos da la sensación de estar mirando en realidad un cuadro o algo irreal.
La interacción con cualquier paisaje natural exuberante de belleza genera improntas en el alma que perduran durante mucho tiempo, quizás toda la vida, aunque uno regrese a su existencia urbana
Sea como fuere, la sensación que nos invade frente a determinados paisajes es difícil de definir. Aunque hay muchos que lo han intentado
Disfruten de nuestra maravillosa naturaleza y del regalo que ella nos ofrece.
Saludos
Raquel